Usando un casco que recuerda a un gigantesco secador de los usados en las peluquerías, los investigadores descubrieron las "huellas del autismo" que indicarían una demora en el procesamiento de sonidos individuales.
La demora es de apenas una fracción de segundo, pero cuando se trata de procesar cada sonido, la brecha temporal puede convertirse en un gran obstáculo para hablar y entender a otras personas, señalaron los investigadores.
Si una persona demora algo más de lo normal en comprender cada sílaba, al concluir una frase completa se sentirá muy confundida.
Los autores del estudio creen que eso es lo que ocurre con niños autistas, en base a los patrones de ondas cerebrales detectados en niños en edad escolar.
Los investigadores tienen esperanzas de que la técnica pueda ser usada para diagnosticar autismo en niños de hasta un año de edad. Eso significa, un año antes que lo habitual y podría significar un tratamiento más temprano de sus problemas.
Andrew Papanicolaou, director del centro de neurociencias de la universidad de Texas en Houston, dijo que el estudio "ofrece una ventana a través de la cual obtenemos un panorama de algunas de las condiciones neurológicas causantes de una conducta peculiar en el autismo". Papanicolaou no estuvo involucrado en la investigación.
Noticia completa en Houston Chronicle (EEUU)