Los científicos del Laboratorio Físico Nacional (NPL por sus siglas en inglés), en el Reino Unido, han trabajado con el Centro de Investigación de Armas Atómicas (AWE) y la empresa FGE (Fluid Gravity Engineering) para asesorar al equipo que busca el nuevo récord mundial sobre dos de los aspectos de más riesgo para el intento: el diseño de las ruedas y el del cohete.
Las ruedas son una parte muy importante del diseño del vehículo. Para alcanzar la velocidad deseada necesitan poder girar a 10.500 rpm sin que la superficie o alguna piedra sobre la que pasen las estropee. También necesitan ser tan ligeras como sea posible para minimizar las fuerzas de guiado y suspensión, absorber todo el peso, rebajar cargas y tensiones y distribuir esta presión sin causarle daños al vehículo o a la superficie.
Para asegurarse de que ninguna de estas cuestiones constituya un riesgo, el NPL empleó el último año examinando cada aspecto del diseño de la rueda. Sus expertos en materiales investigaron la elección de metales y compuestos que podrían utilizarse en el diseño, proporcionando informes sobre aleaciones de titanio y de aluminio, y los compuestos de metales. Esto ayudará a recomendar al equipo los materiales más compatibles con los requisitos de frenado, suspensión y tamaño de las ruedas. El NPL también evaluó junto al AWE y a FGE el efecto que las ondas expansivas tendrían en el diseño de las ruedas, y recomendó la mejor forma de fabricar estas.
El vehículo tendrá una combinación sin precedentes entre un motor cohete y el motor a reacción que actualmente se utiliza en el avión militar Eurofighter Typhoon. Utiliza la tecnología de vanguardia de este avión para obtener la propulsión inicial, y después el impulso del innovador cohete para acelerar hasta la velocidad deseada de mil millas por hora.
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