La última tortuga gigante que habita en las paradisiacas islas Galápagos en Ecuador está perdiendo la esperanza de convertirse en padre debido a problemas de fertilidad, lo que despertó la preocupación de los científicos sobre la extinción de su especie.
El "Solitario George", de 90 años y unos 100 kilos de peso, buscaba desde hace 36 años descendencia para evitar la extinción de su especie, pero al parecer esa posibilidad se está alejado por causas aún no determinadas.
Los huevos desovados en julio por una de las dos compañeras de otra especie de George estarían presentando síntomas de infertilidad al perder rápidamente peso, pese a los cuidados especiales de los biólogos, lo que hace suponer que las probabilidades para su eclosión sean nulas.
"Esto es muy complicado. Dejaremos los huevos en las incubadoras mientras buscamos respuestas", dijo el martes Washington Tapia, científico del Parque Nacional Galápagos.
Sin embargo, existe un 20 por ciento de los huevos desovados por su otra compañera con posibilidad de eclosionar en la fecha prevista, evitando que la esperanza muera definitivamente.
En cautiverio, el éxito de eclosión es de aproximadamente 85 por ciento, mayor que en estado natural.
La posibilidad de que George puede tener descendencia generó curiosidad entre los turistas que visitan frecuentemente las islas, a unos 1.000 kilómetros del territorio continental, y el interés de la comunidad científica internacional.
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