La investigación, publicada en las revistas Veterinary Dermatology i Journal of Heredity, muestra como una alteración genética en estos perros multiplica la actividad de una enzima que provoca la producción en exceso de ácido hialurónico, la substancia que se acumula en la piel y genera los pliegues. Comprender este mecanismo molecular permitirá llevar a cabo programas de reproducción para mejorar la salud de los animales, puede ayudar a entender enfermedades humanas como la fiebre mediterránea o las mucinosis hereditarias, y amplia el conocimiento sobre los procesos de envejecimiento.
Los perros de raza shar-pei tienen características únicas. Se originaron en el sur de China hace más de dos mil años, con la dinastía Han, como perros de guardia y de pastoreo. Estuvieron a punto de desaparecer después de la revolución comunista de Mao Tse-Tung, pero un criador de Hong, Matgo-Law, envió a principios de los años 70 los últimos reproductores a Estados Unidos y allí se inició la recuperación de esta raza, considerada por muchos la más rara del mundo.
La raza se hizo popular en Europa y EEUU a partir de los años 90. Durante la recuperación de la raza las arrugas características de los antiguos shar-peis se potenciaron y aparecieron individuos con un marcado engrosamiento cutáneo y múltiples pliegues. Este aumento del grosor de la piel y la formación excesiva de arrugas constituyen una enfermedad denominada mucinosis cutánea hereditaria, caracterixzada por una acumulación de material mucinoso en la piel. Hasta ahora se desconocía el mecanismo que conducía a la creación de este depósito.
Noticia completa en Ibercampus (España)