Con sólo su extraña apariencia ya se sabe que no se trata de un observatorio convencional.
Y es que el telescopio Lamost, desarrollado por la Academia de Ciencias China fue concebido con un sólo propósito: ser el más potente del mundo.
La construcción que se inició en septiembre de 2001 ya está finalizada y cuando entre en pleno funcionamiento a partir del próximo año, promete según sus creadores ser la nueva ventana para descubrir los misterios del Universo que nos rodea.
El poder de la luz
La principal diferencia del Lamost con el SDSS -el observatorio norteamericano considerado actualmente el más potente del planeta- son los 4 mil receptores de fibra óptica con los que cuenta, número 5,5 veces mayor al del telescopio ubicado en Nuevo México.
Esto se debe a que su principal labor no será capturar imágenes de nuevos planetas o estrellas, sino que medir los rastros luminosos que poseen mediante un proceso llamado "espectrografía".
Este método utiliza la información de los rastros de luz que dejan los cuerpos celestes para conocer datos sobre su posición, movimientos, edad y cambios a través del tiempo.
"Recolectando los espectros de los millones de estrellas de la Vía Láctea, tendremos la oportunidad de conocer la historia completa de la galaxia", señaló Chu Yaoquan, astrónomo del proyecto.
Y en la práctica al menos ha dado resultado. En la sesión de prueba realizada en septiembre pasado, el telescopio logró captar los datos lumínicos de más de mil nuevos objetos, y se estima que cuando esté en plena operación podrá procesar continuamente el doble de esa cantidad.
Esto permitirá que en futuro se pueda realizar un estudio de la galaxia con un nivel de profundidad que no puede ser captado por las imágenes, creando efectivamente un mapa de la galaxia en sus 3 dimensiones y no en plano como hasta ahora.
Noticia completa en La Tercera (Chile)