Para conseguirlo, los investigadores utilizaron tres genes de un virus común para transformar células exocrinas -que cubren el 95 por ciento del páncreas- en células beta, que no son tan numerosas y cuya función es producir la insulina.
En la diabetes juvenil, las células beta del páncreas ya no producen insulina, porque el sistema inmunitario del cuerpo las ha destruido por un proceso autoinmune.
Lo novedoso es que con esta técnica, que de momento ha sido solo probada en ratones y que los investigadores han denominado "reprogramación directa", han conseguido modificar células vivas sin necesidad emplear células madre, que hasta ahora han sido indispensables en todos los esfuerzos para regenerar tejidos.
El doctor Douglas Melton, que ha dirigido este estudio en el que han participado investigadores de la Harvard Medical School y el Hospital Infantil de Boston, indicó que, en teoría, este hallazgo abre la puerta para utilizar esta técnica con otro tipo de células humanas de hígado o de la piel.
El equipo, que publicó su investigación en la revista "Nature", explicó que han trabajado con ratones diabéticos que no tenían la insulina necesaria que producen las células del páncreas para ayudar al cuerpo a convertir los alimentos en energía.
La dificultad fue encontrar los genes que hacen funcionar a las células beta para que fabriquen la insulina, porque aunque cada una lleva el código genético completo, solo ciertos genes están trabajando en el momento de producirla.
De los más de 1000 genes que estudiaron, finalmente concluyeron que solo se necesitaban tres: Ngn3, Pdx1, y AFP, que introdujeron a través de un virus de un resfriado corriente para que llegara a los jugos gástricos donde se encuentran las células exocrinas.
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