Ahora los científicos se plantean las implicaciones de aplicar estos métodos sobre aquellas personas que han sufrido este tipo de daños.
La regeneración de los nervios de la espina dorsal o incluso de las neuronas cerebrales es posible, de acuerdo con un fascinante estudio del Hospital para Niños de Boston (EE UU), que recoge hoy la revista Science. En esencia, hay un mecanismo genético que reprime que una neurona dañada se regenere. Si se silencian estos genes, las neuronas y los nervios que han sufrido daños se recuperan y vuelven a crecer con vigor, de acuerdo con Zhigang He, profesor de Neurología del citado centro médico.
"Lo que sabemos es que al final del desarrollo, las células dejan de crecer gracias a una maquinaria genética que previene que crezcan de más", ha indicado este experto. "Y pensamos que precisamente este tipo de estrategia era el que impedía que hubiera una regeneración tras una herida".
El "apagón" neuronal
El circuito para controlar el crecimiento de las neuronas -y en definitiva de los nervios que forman- tiene un nombre poco atractivo y difícil de recordar: mTOR. Cuando las células tienen que crecer, el circuito está activo. Una vez que maduran las neuronas, el circuito es silenciado o "apagado". Quizá para que la célula, que ha madurado y no necesita crecer, ahorre energía y recursos. ¿Como puede activarse de nuevo? Es la pregunta clave.
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