Ese papel revolucionario ("buckypaper" en inglés) es diez veces más liviano pero potencialmente 500 veces más resistente que el acero cuando es apilado en láminas y se le presiona para formar un compuesto. Pero a la inversa de los compuestos tradicionales, conduce la electricidad como el cobre o el silicio y dispersa el calor como el acero o el bronce.
"Todas estas cosas son las que mucha gente en la nanotecnología ha buscado como una especie de Santo Grial", comentó Wade Adams, científico de la Universidad Rice.
Esa idea _de que son muy prometedores el papel de nanotubos y otros derivados de los cilindros ultradiminutos conocidos como nanotubos de carbón_ había estado dando vueltas durante años. Pero investigadores de la Universidad Estatal de la Florida dicen haber logrado importantes progresos que podrían dar sus frutos.
El papel de nanotubos está compuesto por moléculas de carbono en forma de tubos 50.000 veces más finas que un cabello humano. Debido a sus propiedades singulares se le considera un nuevo material para la fabricación de aviones y automóviles de muy poco peso y gran eficiencia, computadoras más poderosas, pantallas de televisión perfeccionadas y muchos otros productos.
Hasta ahora, ese papel mágico sólo puede producirse a una fracción de su fuerza potencial, en escasas cantidades y a un precio muy elevado. Los investigadores de la Universidad Estatal de la Florida están desarrollando técnicas de fabricación que pronto podrían permitir que compitan con los mejores compuestos actualmente disponibles.
"Si esto entra en producción, podría cambiar radicalmente las leyes del juego para el negocio aeroespacial", dijo Les Kramer, director de tecnología de proyectiles y control de incendio de Lockheed Martin, que contribuye a financiar la investigación.
Noticia publicada en Houston Chronicle (EEUU)