Los científicos examinarán las imágenes captadas por el mismo satélite usado por las fuerzas armadas israelíes. En las fotos analizarán las manchas de tierra dejadas sin vegetación por las ratas al recolectar alimentos en los alrededores de sus madrigueras.
El propósito es lograr el primer recuento certero de la población de los roedores, que servirá como un parámetro de la salud del entorno en las planicies con los manchones de las ratas.
Con la comparación de las imágenes de satélite tomadas durante 30 años que son difundidas este mes por el organismo geológico de Estados Unidos, los investigadores esperan comprender mejor la forma en que la población ha fluctuado en respuesta al cambio climático.
También, la manera en que la presencia de un canal de agua, instalado por autoridades estatales y federales, convirtió el árido Valle de San Joaquín en una serie de parcelas de cultivos y obligó a la rata canguro gigante a concentrarse en terrenos elevados.
La información permitirá a los científicos determinar el momento en que podría recurrirse al ganado para reducir la hierba exótica, lo cual permitiría a las ratas encontrar alimentos con mayor facilidad.
Noticia completa en Houston Chronicle (EEUU)