¿Por qué el chile tiene ese sabor que a unos gusta tanto y a otros les aborrece? Parece que se trata de una respuesta adaptativa. Las propiedades antimicrobianas de la capsaicina, la sustancia responsable de la sensación de ardor, hacen que el chile, como otros alimentos picantes, no resulten atractivos a las bacterias que se nutren de las plantas y, por tanto, resultan más seguras para su consumo humano.
Una de cada cuatro personas toma diariamente chile. La alimentación de la India o de países de Latinoamérica se nutre, con frecuencia, de este tipo de pimientos caracterizados por su sabor picante. Investigadores de la Universidad de Washington han querido demostrar que ese sabor tan peculiar se debe a una defensa química de estas plantas maduras para disminuir el riesgo de un ataque microbiano.
En su trabajo, cuyos datos publica la revista "Proceedings of the National Academy of Science", los científicos analizaron chiles de siete cultivos diferentes del mismo tipo de planta, la "Capsicum chacoense hunz", de un área de 1.600 kilómetros cuadrados al este de Bolivia. En esa zona estas plantas presentan una gran variación en los niveles de capsaicina, por lo que es un sitio idóneo para estudiar el impacto de los patógenos microbianos en la química de este alimento.
Noticia completa en El Mundo (España)