El licenciado en Ciencias Biológicas de la Fundación AquaMarine, Pablo Bordino, informó sobre la población de delfines franciscanos en nuestro país que “actualmente está en el orden de los 17.000 a 25.000 animales” y si bien “hasta el año pasado se creía que la población en la Argentina era una sola” se determinó en el último año que “existen por lo menos para la provincia de Buenos Aires dos poblaciones, una exclusiva de la Bahía Samborombón y otra población aislada en Bahía San Blas”. Señaló también a la agencia APP que “existe la probabilidad de una población aislada sobre Río Negro, desde la desembocadura hacia el sur”. Bordino junto a Guillermo Fidalgo de la misma fundación presentaron en Viedma la disertación “Pontoporias”, sobre los esfuerzos para la conservación del delfín franciscano, con la organización de la Legislatura de Río Negro y el auspicio de la Dirección General de Cultura de la municipalidad local. El delfín franciscano “es el más amenazado del Atlántico Sur”, dijo el profesional.
Señaló Bordino que “en San Blas estamos trabajando desde 1992 y en el 2007 y en marzo de este año estuvimos marcando delfines, les colocamos a cuatro animales transmisores satelitales, con el objetivo de determinar un poco el rango de hábitat de esta especie”.
Informó que “el delfín franciscano es el más amenazado del Atlántico Sur, o diría el mamífero marino más amenazado. Básicamente porque es un delfín de hábitats muy costero, donde la actividad humana es muy grande y también por efectos de la contaminación costera. La principal amenaza ha sido la mortalidad por las redes de pesca, las utilizadas por la pesca artesanal básicamente. Los animales quedan "enmallados" y si están atrapados más de 4 minutos se ahogan, ya que son mamíferos y necesitan salir a respirar”.
Indicó sobre el trabajo de conservación de la especie que “la estrategia que hemos utilizado es involucrar al pescador artesanal en el proyecto, para que juntos encontremos una solución al problema. No se trata de prohibir la pesca artesanal, sino colocar alarmas acústicas, colocar las redes de distinta forma, modificar el arte de pesca. Actualmente estamos testeando una redes, que contienen un producto que se llama sulfato de bario, que básicamente es una sal que se mezcla con el nylon, lo que le genera mayor reflectividad a la red, entonces si el animal está cerca y emite sonido puede llegar a dectarla antes de quedar atrapado”. Informó en este sentido que “hace ya un año que empezamos con este experimento, no en esta zona, sino en Bahía Samborombón, donde la mortalidad es muy grande”.
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