Académicos y estudiantes universitarios investigan los petroglifos de La Ocotera, a las faldas del cerro de La Aguja, cerca de Poncitlán, Jalisco, y las pinturas rupestres en cuevas cercanas a la población de Mezcala, Jalisco.
"Son muy importantes, porque hablamos de que quizás sean los vestigios más antiguos en la zona de occidente del país, cercana al lago de Chapala", dijo el profesor del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), Juan Alfredo Morales del Río.
El investigador señaló que las pinturas rupestres de Mezcala son más antiguas, porque el arte rupestre se dio antes de los grabados.
"De hecho, en esas cuevas han encontrado manos pintadas, de color rojo ocre, con grabados circulares y cuadrangulares, muy parecidas a los petroglifos de La Ocotera", agregó.
Comentó que creen que fueron las mismas personas quienes las hicieron, aunque "como no hemos encontrado osamentas, es complicado saber cuántos años de antiguedad pudieran tener".
Morales del Río indicó que la investigación surgió por inquietudes de varios alumnos de la carrera de ingeniería química, que el 7 de noviembre de 1999 formaron el Grupo de exploración del CUCiénega.
De ese grupo surgieron una serie de fotografías y un libro en 2003, titulado "Los petroglifos de la Ciénega", de su propia autoría. "Quisimos establecer las bases de una especie de colección permanente de fotografías, y presentarlo en el Museo Regional o en la Casa de la Cultura, de Ocotlán, Jalisco", dijo.
Añadió que entre los signos similares que han encontrado están los motivos geométricos, que por el número de líneas rectas y transversales, forman un esqueleto de pescado, con líneas transversales a lo largo de la espina dorsal.
Mencionó que también destacan espirales circulares y cuadrangulares; a las circulares se les conoce como caracoles, y dan idea de que eran dibujadas donde había ojos de agua para establecerse.
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