Si no se duerme en forma adecuada se producen alteraciones cognoscitivas, como problemas de atención, de aprendizaje y de memoria, y se perturban los estados emocionales, alertó el académico Fructuoso Ayala Guerrero, de la Facultad de Psicología de la UNAM.
En un comunicado, el experto mencionó que en general se duerme en promedio menos de siete u ocho horas al día, "cantidad de tiempo recomendado para descansar". Al privarse voluntariamente del reposo, el cuerpo lo resiente y ello, a su vez, "tiene repercusiones".
El especialista dio a conocer que existe una regulación homeostática del sueño, es decir, hay un equilibrio en el cuerpo y sus necesidades. El descanso desempeña un papel biológico importante.
De acuerdo con esta teoría, agregó, se tiene que reposar para ejecutar una función, de lo contrario hay consecuencias. Si en el día se duerme mucho, en la noche no se podrá conciliar el sueño, porque ya se cubrió la necesidad; así se autorregula.
El doctor en ciencias explicó que el sueño no es un fenómeno unitario como se pensaba, que inicia en la noche al acostarse y termina al abrir los ojos, sino que es oscilatorio; está organizado en unidades que duran, en promedio, 90 minutos. En una noche normal se presentan de tres a seis unidades, llamadas ciclos.
El encargado del laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Psicología explicó que el llamado sueño lento se divide en cuatro etapas, y recibe este nombre porque la actividad cerebral presenta ondas lentas de gran amplitud.
De ahí, subrayó, sigue el sueño more, representado por movimientos oculares rápidos que, en promedio, dura 15 minutos. Esta etapa, desde 1953, ha sido el centro de atención de diversos estudios, porque es el momento en que se presentan los sueños.
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