El hallazgo de ejemplares del llamado oso caballo (Mirmecofaga tridactyla), mamífero que se suponía desaparecido del territorio hondureño, demuestra la enorme importancia que todavía tiene la biosfera del río Plátano, destacó hoy el investigador Franklin Castañeda.
Científicos nacionales encontraron en áreas aledañas al cauce -considerado el Amazonas centroamericano- rastros de la especie, común antes en Centroamérica y Suramérica pero en peligro de extinción por la caza furtiva y la desaparición de su hábitat natural.
Miembros de la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal y de la Sociedad de Conservación de Animales avistaron al animal en su hábitat natural, mediante una cámara instalada en una reserva entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios.
El oso caballo tiene el hocico largo en forma de tubo, cola semejante a la del equino, es estrictamente terrestre en sus hábitos, acostumbra a defenderse levantándose sobre sus patas traseras y posee un apetito enorme.
Según Castañeda, puede consumir en un día hasta 30 mil hormigas y desplazarse en busca de alimento hasta 11 kilómetros en una sola noche.
Indígenas de La Mosquitia reportaron antes la supervivencia del mamífero, pero no pudieron presentar pruebas, en tanto varios científicos intentaron fotografiar al animal, pero no lo lograron.
La expedición que halló al oso caballo en esta ocasión también captó otras especies en peligro de extinción, como un puma, venados y una especie de tapir.
Noticia publicada en Glocalia (España)