Actualmente funcionan en el mundo 439 centrales nucleares en 31 países, otras 34 están en construcción y más de 200 en proyecto, de las que 63 se ubican en China. En la UE están operativos 146 reactores, seis menos que hace un año. El envejecimiento de las instalaciones actuales reducirá la capacidad de producción en un 60% si no se renuevan. El coste de la renovación es de 900.000 millones de euros.
A raíz de los accidentes de Three Mile Island (Estados Unidos), ocurrido en marzo de 1979, y de Chernóbil (Ucrania), siete años después, la energía nuclear sufrió un serio descrédito y muchos países como Austria, Italia, Alemania y España renunciaron a esta fuente de energía o decidieron el cierre progresivo de sus instalaciones atómicas a medida que se agotaba su capacidad operativa.
Sin embargo, la creciente necesidad de afrontar la lucha contra el cambio climático rehabilitó la energía nuclear como una de las fuentes necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las últimas estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) indican que para reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono, en 2050 hará falta construir 32 plantas cada año, es decir, 1.280 nuevas instalaciones atómicas, junto a otras inversiones en energías renovables.
En Europa hay sólo cuatro grupos nucleares en construcción. Uno en Olkiluoto (Finlandia), otro en Flamanville (Francia, líder nuclear europeo con 59 centrales), y dos en Belene (Bulgaria). Finlandia ha hecho una clara apuesta por la energía nuclear con la construcción del primer reactor de tercera generación (EPR). La decisión, adoptada por el Parlamento y por la población local, persigue resolver un doble problema: cumplir los objetivos de Kioto y lograr la independencia energética de Rusia. Finlandia recibe energía eléctrica de la central nuclear Sosnovy Bor próxima a San Petersburgo, que emplea la misma tecnología que Chernóbil. Finlandia, no obstante, tropieza con serios retrasos en la construcción por las dificultades propias del nuevo modelo tecnológico, pero sobre todo por la dificultad de encontrar ingenieros y científicos especializados. "Las próximas centrales en la Unión Europea las construirán los chinos", señala un científico de la Comisión Europea.
Efectivamente, China es el país que está acumulando más conocimientos técnicos y científicos al contar con instalaciones de los tres modelos, (Estados Unidos, Francia y Rusia). Pekín prevé que su población crecerá hasta 1.500 millones para 2050 y precisará para entonces aumentar su producción eléctrica hasta 1.200 GW y 1.500 GW. La potencia de una central nuclear oscila entre 500 y 1.300 megavatios.
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