El proyecto, que recibió el primer premio del concurso técnico del Congreso Internacional BIEL 2007 Light and Building, se publicará próximamente en la revista Solar Energy y ya fue motivo de tres patentes.
"El paradigma actual se orienta a superlativas aislaciones térmicas que funcionan, pero son muy caras -cuenta, desde su casa en el Centro Atómico Bariloche-. Los países desarrollados tienen un consumo energético terrible: casi la mitad de la energía total se gasta en calefacción. Lo que yo creo haber encontrado es una dimensión del diseño que estaba huérfana. Nosotros tenemos más sol y menos frío, por lo que este sistema permitiría ahorrar un 90% de la energía."
Según explica, hace cincuenta años que se conocen diversos diseños de colectores solares para calentar el agua. Todos funcionan bien, pero salen alrededor de 3000 pesos cada uno. "Un techo completo puede salir 300.000 pesos -subraya Juanicó-. Lo que propongo es integrar el colector al techo y hacer la casa configurable."
El razonamiento es simple. La naturaleza vive a través de ciclos: invierno y verano, día y noche. Gracias a un sistema de circulación de agua, el techo diseñado por Juanicó también puede configurarse para que en invierno ayude a calefaccionar la vivienda y en verano, a refrescarla.
"Las casas estarán provistas de un tanque de almacenamiento de agua en el sótano. Cuando hace frío, el techo funciona como colector solar -dice-. De día, el agua se ubica en el techo y absorbe calor del sol; de noche, se retira y se hace recircular para proveer calefacción a la casa. Así, el techo funciona como una cámara aislante. En verano, subo el agua al techo y logro que se enfríe por evaporación y pérdida en el infrarrojo. Coloco el toldo y las cámaras me proporcionan aislación térmica. De noche, uso el agua como si fuera un sistema de losa radiante y enfrío la casa."
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