Una de cada veinte personas en el mundo padecen actualmente esta enfermedad y se calcula que alcanzará niveles pandémicos en el año 2030.
Los hallazgos del estudio se basan en la valoración de los hábitos alimentarios, el estilo de vida y la salud de 13.000 voluntarios licenciados españoles durante una media de más de cuatro años.
Entre los voluntarios, quienes mejor seguían una dieta mediterránea -rica en aceite de oliva, frutas, frutos secos, verduras y pescado, moderada en alcohol y baja en carne y productos lácteos- poseían a priori más factores de riesgo de sufrir diabetes, como una edad avanzada o antecedentes familiares, y había más ex fumadores.
A pesar de que por estos motivos tenían más predisposición a padecer la enfermedad, "sorprendentemente" la desarrollaron con menor frecuencia, "lo que sugiere que ese patrón alimentario proporciona una protección sustancial", según Miguel Ángel Martínez, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y director del estudio.
El doctor explica que estudios previos ha demostrado el papel preventivo de la dieta mediterránea tradicional frente a las enfermedades cardiovasculares, pero hasta ahora se conocía poco sobre su repercusión para prevenir la diabetes.
Noticia publicada en Terra (España)