El lugar de la excavación se encuentra en la zona madrileña arqueológica de las Terrazas del Manzanares, y de momento han explorado la mitad del terreno, unos 20 metros cuadrados de superficie. Ahora mismo, un grupo de unos 12 expertos trabajan durante todo el día en terrenos de arcilla para intentar, en el menor tiempo posible, dada la situación de la obra en plena calle, poder acabar con la excavación de los otros 20 metros cuadrados que quedan por analizar.
El director de la excavación, David Sánchez, que explicó que actualmente se encuentran trabajando a 6 ó 7 metros bajo tierra, y con una cota de 633 metros sobre el nivel del mar, señaló que de momento han encontrado más de 1.500 restos de fósiles, "sobre todo mandíbulas" de macrovertebrados, y que se esperan hallar cerca de otras mil piezas más.
Además, desde que se produjo el hallazgo en marzo, se han recogido toneladas del sedimento del que posteriormente obtendrán también fósiles de plantas y microvertebrados, "como dientes de ratones", apuntó Sánchez, quien explicó que con este tipo de material, lo primero que se hace es el lavado del terreno y posteriormente se procede al proceso de identificación y restauración.
Así, señaló que los sedimentos hallados y su fauna datan del Aragoniense Medio Final (Mioceno Medio), lo que se traduce en que tienen entre 14,1 y 13,8 millones de años de antigüedad. Los restos de animales se corresponden en su mayoría al Anchiterium, un caballo primitivo que es el primer representante de la familia de los equinos en el Mioceno europeo.
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