Los materiales empleados en la construcción de las viejas casonas, que han permitido que éstas se hayan conservado en buenas condiciones después de casi 300 años de haberse edificado, han sido “redescubiertos” por investigadores universitarios que ahora los emplean en la restauración de varios inmuebles.
Y es que por lo menos el 50% de las viejas casonas que se ubican en el centro histórico de Querétaro, fueron construidas con adobes, piedra, tabique y morteros a base de cal preparada con materia orgánica que contenía nopal y puzolanas, que son agregados minerales que se encuentran disponibles en la entidad.
El Maestro en Ingeniería e investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Miguel Galván Ruiz, decidió indagar la fórmula de preparación de ese material constructivo para poder emplearlo ahora, 300 años después de su primer uso.
“En la construcción se usaba nopal para hacer los morteros y los estucos y Querétaro es una ciudad en donde la mitad de las casas del centro histórico están hechas de cal con nopal”.
Una vez realizada una amplia caracterización físico-química de los materiales empleados en esas casonas construidas en los siglos XVII y XVIII, el investigador pudo desarrollar nopal para la construcción y la restauración.
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