Los nuevos descubrimientos aportados por el antropólogo Tom Dillehay en el yacimiento de Monte Verde, al sur de Chile, suponen un paso más para reforzar su teoría y desmontar la hipótesis de que la cultura Clovis fue la primera en prosperar en el Nuevo Mundo.
Monte Verde es una excavación ubicada en la actual ciudad de Puerto Montt, a 800 km. de Santiago de Chile, que desde su descubrimiento en 1976 ha revolucionado el mundo de la investigación antropológica. Durante estos 32 años de estudios el profesor Dillehay, de la Universidad de Vanderbilt, ha datado en 14.000 años de antigüedad diversos tipos de comida recolectada por el ser humano, además de restos óseos de especies animales ya extintas. La ciencia acogió con reservas estas cifras hasta que en 1997 un prominente grupo de eruditos visitó la región y corroboró, de forma unánime, la veracidad de las informaciones publicadas. Ahora, el equipo comandado por Dillehay ha conseguido catalogar nueve especies diferentes de algas en Monte Verde, un lugar alejado 15 kilómetros de la bahía más cercana. Que los colonos utilizasen estas plantas para fines alimenticios o médicos evidencia su naturaleza de pueblo marítimo y refuerza la conjetura enunciada por Dillehay sobre la migración costera a través del Pacífico. Por lo tanto, este pequeño asentamiento -se estima que el poblado contaba con 20 o 30 personas- habría llegado hasta mil años antes que la civilización Clovis, cuyos restos han sido fechados en un máximo de 13.000 años de antigüedad.
El yacimiento de Monte Verde contiene restos arqueológicos en perfecto estado de conservación gracias a la crecida del Chinchihuapi, un arroyo cercano. Este suceso natural convirtió el campamento en un pantano, donde la alta presencia de turba y sedimentos pobres en oxígeno favoreció la fosilización de los vestigios, que se han mantenido en buenas condiciones hasta la fecha.
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