Una investigación reciente realizada por científicos de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Exeter y de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, ha proporcionado las primeras evidencias científicas de la relación entre la dieta de las madres y el sexo de sus bebés.
Según publica la universidad de Exeter en un comunicado, este estudio ha mostrado una clara relación entre el consumo de alimentos energéticos en el momento de la concepción y el nacimiento posterior de varones, y podría explicar el descenso de la tasa de nacimiento de niños en los países industrializados.
En los seres humanos, la determinación del género viene determinada principalmente por los espermatozoides del varón, que son los que llevan el cromosoma X o Y, mientras que el óvulo femenino sólo tiene cromosomas X (el varón será un individuo XY y la mujer un individuo XX).
Sin embargo, parece que las madres pueden favorecer el desarrollo de un sexo u otro en los fetos mediante un mecanismo aún no bien comprendido en el caso de los mamíferos. Lo que se sabe, según los científicos, es lo que se ha podido descubrir en investigaciones de fertilización in vitro: que altos niveles de glucosa ayudan al crecimiento y desarrollo de embriones masculinos e inhiben el desarrollo de embriones femeninos.
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