Varias décadas escarbando huesos, herramientas y dientes de unos individuos que, el más joven data de hace medio millón de años y el mayor tendría 1,2 millones de años, alimentan las esperanzas de los especialistas de que una especie europea, diferente al neandertal vivió en la península ibérica.
Uno de ellos es Eudald Carbonell, director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, quien formó parte del equipo de expertos que en junio pasado encontró la mandíbula de un joven de hace más de un millón de años, con algunos de sus dientes todavía incrustados.
Una mandíbula con similitudes sorprendentes a la del Homo sapiens y a la de los restos de unos 800.000 años que habían descubierto hace más de una década en otro yacimiento de Atapuerca, al que llamaron Homo antecesor.
Árbol familiar
Este Homo antecesor, ¿qué lugar ocupa en el árbol evolutivo de la humanidad? Ése es el quebradero de cabeza de los especialistas de Atapuerca.
Si bien es cierto que no han encontrado suficientes muestras como para llegar a conclusiones, sí han podido elaborar tres hipótesis.
"La primera es que haya sido un antepasado exclusivo del pre-neandertal -conocidos como los Homo heildelbergensis- y el neandertal. Esa rama de la evolución que se extinguió unos 28.000 años AC", explica Carbonell.
La segunda hipótesis es que haya sido un antepasado exclusivo del Homo sapiens, una especie que se haya creado en Europa antes de que se creara esa última especia de la que provienen los seres humanos".
"Y la tercera es que ese Homo antecesor haya tenido una línea evolutiva propia sin descendencia", agrega.
Noticia completa en Terra (España)