La localidad chilena de Chaitén se convirtió en un "pueblo fantasma", tras la evacuación de sus 4 000 habitantes por la erupción del volcán del mismo nombre. La atención se centra ahora en Futaleufú, muy afectada por una incesante lluvia de ceniza.
Hasta la zona, a 1 220 km al sur de Santiago, se trasladó ayer la presidenta Michella Bachelet, quien junto a autoridades locales, algunos ministros y la dirección de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) estudiaron un plan de emergencia para coordinar la ayuda y dar respuesta a las zonas más necesitadas.
En Puerto Mont, durante una rueda de prensa, la Gobernante felicitó a la gente de Chaitén por la organización a la hora de evacuar los casi 4 000 habitantes de la ciudad en menos de 24 horas y pidió un aplauso para ellos.
Bachelet también planeaba visitar el desalojado pueblo y la localidad de Futaleufú, que en algunos lugares tiene una capa de ceniza de hasta 30 centímetros, con serios riesgos para la salud de las personas y los animales.
La preocupación de las autoridades se ha enfocado ahora en Futaleufú, a 70 km del volcán y en la frontera con Argentina, a cuyas ciudades de Trevelin y Esquel han huido 600 de los 1 862 habitantes del poblado. La Presidenta descartó, por el momento, una eventual reubicación de la comuna de Chaitén, a solo 10 km del volcán, de 960 metros de altura.
En Futaleufú, que ha sido afectada por una incesante lluvia de cenizas fina que la oscurece varias veces al día, la situación se ha agravado por la falta de agua y alimentos y sus autoridades están organizando la evacuación de algunos de sus moradores
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