La capacidad de resolver problemas a los que uno nunca se ha enfrentado antes - lo que los neurocientíficos inteligencia fluida, de las claves para el éxito académico y profesional- se puede entrenar, según han descubierto investigadores de las universidades de Michigan (EE. UU.) y Berna (Suiza). Para potenciarla, aconsejan ejercitar la llamada memoria de trabajo - es decir, la capacidad de tener múltiples datos simultáneamente en la cabeza, como ocurre al jugar al ajedrez (en que se piensa en varias jugadas a la vez), al hacer cálculos mentales, al tocar un instrumento musical o al asistir a una reunión de trabajo sin necesidad de recurrir a apuntes-.
"Nuestros datos rompen con la idea de que la inteligencia fluida es un rasgo genético prácticamente inmutable", ha explicado Susanne Jaeggi, primera autora de la investigación, por correo electrónico. Al contrario, "demuestran que nos podemos ejercitar para mejorar este tipo de inteligencia. Y si no nos ejercitamos, nuestra hipótesis es que podemos perder aptitudes de inteligencia fluida".
La investigación, que se presenta esta semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., se ha basado en 70 voluntarios que se han entrenado en pruebas de memoria operativa. Los voluntarios se dividieron en distintos grupos que se sometieron a entrenamientos de longitud variable. Los resultados muestran que, cuantos más días duró el entrenamiento - en algunos casos hasta 19 días en sesiones de 25 minutos diarios-, más mejoró la inteligencia fluida.
La mejora registrada fue independiente del nivel de inteligencia inicial de los participantes en el estudio. Es decir, el entrenamiento favorece por igual a personas más y menos inteligentes.
Noticia completa en La Vanguardia (España)