Investigadores del laboratorio de Psicología Forense de la Dalhousie University en Halifax realizaron el primer estudio detallado sobre los secretos que se pueden detectar cuando las personas ponen una cara falsa o inhiben alguna emoción, y hallaron que sus caras dicen la verdad.
Pero en lugar de tratarse de indicios como miradas furtivas o frentes sudorosas, es la expresión de sus rostros la que se quebraría y permitiría la emergencia de las emociones reales, como felicidad, tristeza, enojo y temor.
"A diferencia del lenguaje corporal, no se puede controlar completamente lo que sucede en el rostro," indicó en un comunicado Stephen Porter, quien trabajó en la investigación.
Los expertos publicaron los resultados del estudio en la revista Psychological Science.
El equipo analizó, entre otros, el caso del canadiense Michael White, quien se mostró llorando mientras pedía públicamente el regreso de su esposa embarazada desaparecida, Liana White, en julio del 2005.
Tres días después, destellos de ira se filtraron en su tristeza mientras decía que estaba muy decepcionado con la policía y que iba a encontrar a su mujer él mismo.
El hombre lideró un grupo de buscadores voluntarios a quienes condujo directamente a una zanja en las afueras de Edmonton. Tiempo después, fue acusado y condenado por asesinato en segundo grado.
Cuando Porter y su equipo analizaron las imágenes de White cuadro por cuadro, hallaron en su cara los indicios de ira y disgusto que no habían sido detectados por la mayoría del público.
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