"Hemos analizado material que se encontraba hasta dos metros de profundidad, y ha sido fechado en 35.000 años, pero quedan otros diez centímetros para examinar, y ese material podría tener más de 40.000 años de antigüedad", explicó a Efe, Neale Draper, director del equipo de arqueólogos que ha realizado la investigación.
Draper calificó de "espectacular" la información que el hallazgo ha arrojado hasta el momento, y apuntó que habrá que aguardar de seis a ocho semanas los exámenes que lleva a cabo el laboratorio para tener más datos sobre la antigüedad de los objetos.
La organización Gestión de Patrimonio Cultural Australiano, cuyos expertos han realizado la investigación contratados por la tribu de los Martidja Banyjima, creen que la zona contiene mucha información, sobre el modo de vida de los aborígenes y el cambio climático que se produjo durante la última era glaciar, hace 18.000 años.
Los trabajos de excavación se han centrado en los yacimientos de de hierro de Hope Downs, a unos 310 kilómetros al sur de Port Hedland, y que explotan las mineras Rio Tinto y Gina Rinehart"s Hancock Prospecting, las cuales deberán variar su plan de actuaciones a raíz del hallazgo.
La cueva en la que encontraron los objetos mide diez metros de largo por ocho de ancho, tiene un metro y medio de alto, y los utensilios fueron localizados a dos metros de profundidad.
La mayor parte de los objetos son pequeñas herramientas para cortar, y las de mayor importancia, son dos trozos que pertenecieron a mismo núcleo de piedra, y que se pueden acoplar perfectamente, lo cual, según Draper, demuestra que la cueva se ha mantenido intacta.
La parte central de la piedra de la que proceden los dos trozos desconchados, tiene más de 35.000 años de antigüedad, y confirma que por entonces los indígenas ya fabricaban utensilios.
"Los objetos que hemos encontrado podrían llevar restos de comida, o de sangre, que nos darían aún mucha más información", comentó Draper.
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