La Laguna de la Luna, cuerpo de agua ubicado en el Nevado de Toluca, podría haber sido motivo de ritos asociados con las divinidades femeninas y masculinas del satélite natural de la Tierra y el pulque, en el México prehispánico, y no con Tláloc.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo anterior es conforme al hallazgo de cuatro petrograbados, representación de un yecametztli (nariguera en forma creciente) en su orilla norte, atuendo característico de esas deidades.
Uno de los dilemas a que se enfrenta el equipo de especialistas del INAH, dedicados a la investigación en este lugar, es que pese a lo referido en fuentes, sobre la presencia de efigies de Tláloc en sitios de alta montaña, en la Laguna de la Luna, éstas no han aparecido.
De acuerdo con la identificación realizada por el doctor Francisco Rivas Castro, del INAH, es la primera ocasión en que petroglifos que aluden a los yecametztli se registran a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar.
Arturo Montero, codirector del Proyecto de Arqueología Subacuática en el Nevado de Toluca -iniciativa que tendrá una segunda temporada a partir de octubre de este año-, dio a conocer que, en este caso, los yecametztli están labrados en piedra y poseen una forma muy básica, como si fuera una boquita sonriente, con una extensión promedio de 10 centímetros.
Todavía más interesante, "en temporada de lluvia, los yecametztli se encuentran sumergidos, y en período de seca, están expuestos. Durante "las aguas", la Laguna de la Luna gana dos metros en profundidad, y puede abarcar hasta 30 metros en extensión. En ese momento los yecametztli están ocultos".
Noticia publicada en Mundo Hispano (EEUU)