Dos conchas marinas -una de ellas de apenas un centímetro- reunieron ayer a media decena de periodistas y varios fotógrafos y cámaras de televisión. Antes de ser presentadas, las piezas reposaban en dos pequeñas cajas, acolchadas entre espuma. Además, estaban protegidas por la tapadera y por una bolsa con agujeros de aire, de esos que tanto gusta explotar a todos los niños y algunos adultos.
La dos conchas en cuestión tienen nombres: Littorina obtusata y Patella vulgata. E incluso dueños. Todo apunta, según los expertos, a que pertenecieron a los hombres con las manos más famosas de Cáceres, esto es, los autores de las pinturas rupestres de la cueva de Maltravieso. Desde el año 2001, cada Semana Santa excavan allí unos cuantos jóvenes, al mando de un experimentado profesor. Es el equipo de investigación Primeros Pobladores de Extremadura, dirigido por el paleontólogo Antoni Canals. Es costumbre que al final de cada campaña, presenten los hallazgos. Y eso ocurrió ayer
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