El vulcanólogo español Nemesio Pérez, miembro de la misión que en la actualidad lleva a cabo investigaciones en el volcán Taal, a unos 50 kilómetros al norte de Manila, explicó que cuando se produce una notable variación de la emisión de gases es señal de que se avecina la erupción.
Pérez y otros dos miembros del equipo desplazado por el ITER midió en el volcán Pinatubo y ahora en el Taal las emisiones de dióxido de carbono (CO2) inapreciables para el ojo humano y que salen a la superficie por las lagunas situadas en el cráter y los alrededores.
"Nuestro cometido es medir la emisión difusa de dióxido de carbono, que es la que no se produce de forma visible a través de fumarolas o penachos, sino de forma difusa, dispersa y silenciosa", explicó a Efe el experto.
Esta misión que se lleva a cabo en el archipiélago filipino forma parte un proyecto más amplio de investigación cuyo objetivo es evaluar la emisión "difusa" de dióxido de los volcanes a la atmósfera en todo el mundo, y que no ha sido tenida en cuenta hace poco.
Pérez señaló que la medición sistemática de estos gases dispersos también puede servir de herramienta para la vigilancia volcánica y predecir erupciones, lo que ya se hace en Estados Unidos, Italia o España.
Así, recordó que las variaciones en la tasa de las emisiones difusas de CO2 indicaron con seis meses de antelación la erupción hace ocho años del volcán Usu, en el norte de Japón, que causó miles de desplazados.
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