Cuando dos especies como el hombre y el elefante luchan por el mismo hábitat, el conflicto parece inevitable.
Es lo que ocurre en el noreste de la India, donde cada año mueren de media 50 personas y más de 100 elefantes en incidentes provocados por la difícil coexistencia de humanos y animales, unas cifras que hablan de una guerra en toda regla por ocupar el mismo hábitat.
Las manadas salvajes que habitan en las selvas del noreste del país corren el peligro de caer abatidas por cazadores furtivos que venderán su marfil en el mercado negro, y los elefantes que viven en zonas densamente pobladas pueden morir atropellados por trenes o camiones.
Los que, empujados por el hambre, se hayan acercado demasiado a las cosechas de arroz o banana pueden ser perseguidos hasta la muerte por enfurecidos grupos de agricultores.
Y por último, se da a veces el caso de ejemplares que, "demasiado" acostumbrados a la presencia humana, terminan por adoptar sus peores costumbres y se convierten en ejemplares agresivos y pendencieros que incluso asaltan depósitos de alcohol para emborracharse.
Más de la mitad de los elefantes asiáticos viven en la India, donde cerca de 35.000 de estos proboscídeos subsisten en un hábitat cada vez más amenazado, fragmentado y reducido.
Noticia completa en El Mundo (España)