Apareció enredado entre las mallas del arrastrero cedeirés O Novo Richard, que faenaba a unas 40 millas al norte de la costa gallega, en un profundo caladero conocido como A Selva, y esta semana pasó por las manos de los tres mayores expertos en Paleontología del mundo, que lo catalogaron como una pieza única de una especie desconocida hasta la fecha. Mide poco más de 60 centímetros, tiene entre 15 y 20 millones de años de antigüedad y perteneció a un primo muy lejano del delfín.
Los marineros de Cedeira se lo entregaron en 2006 a los ecologistas de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGNH), que desde el primer día cayeron en la cuenta de que no se trataba de un fósil cualquiera. Su pequeño tamaño es inversamente proporcional a la expectación que ha suscitado entre la comunidad científica internacional. Atraídos por los ecos de este hallazgo, que el biólogo Ismael Miján difundió a través de una revista especializada, un equipo científico internacional se desplazó esta semana a Ferrol desde Sudáfrica con el único propósito de ver y estudiar este cráneo milenario.
"Es uno de los fósiles de cetáceo más antiguo y mejor conservado del mundo", señalan desde la SGHN. De la familia de los zifios, perteneció a un odontoceto (cetáceo con dientes) de una especie desconocida y cuyo género no se ha podido determinar con precisión. Calculan que procede del mioceno, era paleontológica fechada hace unos 20 millones de años.
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