A simple vista no tiene nada de particular. Incluso hasta parece que se acaba de caer de un pino. Pero las piñas que se guardan en la mina de Endesa en As Pontes presentan una peculiaridad que las convierte en únicas: tienen más de veinte millones de años.
El resto fósil, que se encuentra en perfecto estado, es uno más de los que en los últimos años se han ido encontrado, por casualidad en la mayoría de las ocasiones, en la mina de As Pontes, que, además de ser el yacimiento de lignito más importante de España, también se ha convertido en el área de Galicia en la que mejor se han preservado los fósiles del período oligocénico. Sorprende especialmente un cráneo de cocodrilo encontrado recientemente, que se suma a una mandíbula perteneciente a un animal de la misma especie que ya se había hallado hace unos años. Un estudio posterior encargado a la Universidad de Barcelona ha revelado que el reptil, de poco más de un metro de longitud, es mucho más pequeño que sus descendientes que se encuentran en la actualidad. Algo curioso si se tiene en cuenta su antigüedad: 28 millones de años.
El cocodrilo, localizado en el lado este de la mina, vivía en un entorno pantanoso, con turberas y rodeado por lagunas someras que podían tener a lo sumo dos metros de profundidad.
El reptil no es el único animal cuyos restos se han dejado sorprender por el levantamiento de tierras de la mina. En la zona oeste se han encontrado ranas cuyo tamaño es prácticamente igual al de sus coetáneas. En este caso, el entorno habitable estaba constituido por lagos de una profundidad considerable aptos para la actividad biológica. También han sido localizados pequeños caracoles que, como los demás restos fósiles, se guardan en perfecto estado de conservación en las dependencias de la mina a la espera de que algún día pasen a formar parte de un museo, cuya creación promueve el Ayuntamiento de As Pontes.
El último hallazgo de fósiles correspondientes al período oligocénico fue detectado hace tan solo unos días. Se trata de un enorme tronco que destaca no por su longitud, ya que apenas mide tres metros y medio, ni por su diámetro (apenas sesenta centímetros), sino por su peso: más de una tonelada y media. Los investigadores a los que ha llamado la empresa minera para analizar el árbol todavía no han concretado a qué especie pudo haber pertenecido. Pero sí se ha calculado su antigüedad: en torno a 24 millones de años.
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