Gracias a técnicas analíticas muy sensibles y de alta velocidad desarrolladas por un investigador argentino, un equipo formado por científicos, autoridades sanitarias y miembros de Interpol pudo detectar drogas falsas contra la malaria luego de analizar muestras provenientes de Vietnam, Camboya, China, Laos y Myanmar. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista PloS Medicine .
"Al identificar los ingredientes, el análisis nos permitió determinar el daño potencial que estos medicamentos pueden producir. Además, los patrones de composición química de los productos falsos permitieron agruparlos por similitud y estimar sus distintas rutas de distribución", dijo el doctor Facundo Fernández, doctorado en química en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y actualmente profesor en el Georgia Institute of Technology, de Atlanta, Estados Unidos.
Fernández, junto con dos becarios de su laboratorio, se ocupó de los análisis de espectrometría de masa. Otros miembros del equipo realizaron otros estudios químicos y el análisis del polen en las muestras. La evidencia sugirió que parte de las drogas provenía del sur de China, lo que dio lugar a una investigación policial del gobierno chino en colaboración con Interpol.
Demanda insatisfecha
Las drogas contra la malaria, enfermedad que causa en el mundo un millón de muertes por año, se han convertido en blanco de los falsificadores. La droga más empleada en el sudeste asiático es el artesunato, pero como es costosa se generó la demanda de versiones más económicas. Desde 1998 se viene verificando la presencia de tabletas falsas.
Según el líder del grupo de investigación, el doctor Paul Newton, especialista en medicina tropical de la Universidad de Oxford, Reino Unido, "como los sectores rurales pobres no figuran en las estadísticas, se desconoce la cifra precisa de mortandad a causa de las drogas falsas, pero las muertes ocurren".
Para realizar el estudio, las muestras fueron recolectadas a lo largo de varios años por voluntarios a los que se les pidió que compraran las drogas en farmacias y otros lugares de expendio. Newton luego las clasificó en genuinas y falsas en función de los envases y hologramas.
Esos datos fueron contrastados con estudios químicos, combinados con el examen de esporas de polen atrapadas en el interior de las tabletas y la composición de los excipientes, que permitieron determinar el lugar de fabricación.
La técnica de espectrometría de masa empleada y desarrollada por Fernández para analizar las tabletas posee alta velocidad y sensibilidad y no requiere disolver la muestra. "En un par de segundos se puede conocer la composición, lo que antes llevaba varias horas", comenta el investigador, y agrega: "Con una extensión de la técnica hemos logrado saber no sólo qué hay en la muestra, sino también cuánto".
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