El meteoro, que dejó un cráter de 15 metros de diámetro, estaba hecho de roca y en teoría debería haberse desintegrado en la atmósfera mucho antes de alcanzar la superficie, indicó Peter Schultz, profesor de geología de la Brown University en Rhode Island, Estados Unidos.
Sin embargo, se mantuvo de una pieza y para cuando se estrelló podría haber alcanzado una velocidad de 24.000 kilómetros por hora, explicó Schultz en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en League City, Texas.
Por lo general, sólo los meteoritos hechos de metal consiguen llegar a la superficie.
"Normalmente, con un objeto pequeño como éste, la atmósfera lo desacelera", explicó Schultz en un comunicado.
"Haría un agujero en el suelo, como un hoyo, pero no un cráter. Sin embargo, este meteorito siguió yendo a una velocidad unas 40 a 50 veces mayor de la que debería haber alcanzado", indicó el profesor.
El objeto cayó en un arroyo seco y el cráter que dejó se llenó rápidamente con agua que corría bajo la superficie.
Un equipo del Centro Espacial Johnson de Houston analizó los pedazos de la roca gris oscura del meteorito y explicó en la conferencia que no tenían en absoluto el aspecto de los meteoritos procedentes de Marte o de ninguna otra fuente conocida hasta el momento.
Schultz, cuyo equipo inspeccionó el cráter, situado 1.300 kilómetros al sur de Lima, explicó que su impacto inusualmente ruidoso y destructivo se produjo debido a que estaba girando y desplazándose muy rápido.
"Esto sencillamente no es lo que esperábamos", dijo Schultz. "Llegó al punto de que muchos creían que era falso. Era completamente inconsistente con nuestra comprensión de cómo se comportan los meteoritos de roca", añadió.
Noticia publicada en Swiss Info (Suiza)