Sin embargo, la buena noticia es que el riesgo que corren muchas de estas personas es mucho menor del que se creía anteriormente. En muchos de los casos, unos simples utensilios como una mosquitera pueden ayudar a eliminar el riesgo por completo.
Alrededor de 500 millones de personas contraen la malaria cada año y un millón de ellas, en su mayoría niños subsaharianos, mueren debido a la enfermedad. La mayor parte de estas muertes se debe a un parásito llamado Plasmodium falciparum, que transmiten los mosquitos anofeles.
En los últimos años, la malaria está cada vez más presente en las agendas de desarrollo y se ha destinado gran cantidad de dinero a ayudar a controlarla en países donde la enfermedad es endémica. Por consiguiente, hay mayor acceso a medicamentos eficaces y a estrategias de prevención en algunos países.
Para destinar valiosos recursos a combatir la malaria, hay que comprender la distribución geográfica del riesgo de contraer la malaria. Sin embargo, el último mapa detallado del riesgo de malaria fue realizado hace unos 40 años por lo que hace falta elaborar un nuevo mapa urgentemente.
En ese último estudio, un equipo internacional de científicos que trabajan en el Malaria Atlas Project (MAP) han creado un nuevo mapa global que muestra dónde el riesgo de transmisión de P. falciparum es bajo, moderado o alto.
Para ello, han consultado los sistemas nacionales de información sanitaria y estadísticas nacionales de malaria, y han llevado a cabo detallados estudios sobre la infección de malaria en unas 5.000 comunidades de todo el mundo. También han incluido en su sistema los datos sobre las condiciones climáticas que afectan a la supervivencia de los parásitos. Por ejemplo, por debajo de una temperatura determinada, los mosquitos infectados mueren antes de que los parásitos alcancen la fase de su ciclo vital en la que están preparados para ser inyectados en los seres humanos.
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