El paleontólogo estadounidense David Archibald ha explicado que la extinción de los dinosaurios no se debió al impacto de un meteorito de grandes dimensiones contra la Tierra, sino a una conjunción de factores ambientales que modificaron de manera severa el clima y el hábitat terrestre.
De las más de cuarenta hipótesis que la comunidad científica ha planteado hasta el momento para explicar la desaparición de la mayoría de especies de dinosaurios, la más extendida y aceptada es que un meteorito de unos diez kilómetros de diámetro impactó en la actual península de Yucatán, en México, hace 65 millones de años.
Esta colisión, según los expertos, provocó una gigantesca nube de humo que envolvió el planeta, impidiendo el paso de los rayos solares, lo que dio lugar a un fuerte descenso de la temperatura y a la desaparición gradual de la vegetación y de la mayoría de herbívoros y carnívoros.
Archibald, sin embargo, considera que el impacto de este meteorito no es un factor suficiente para explicar la desaparición de centenares de especies de dinosaurios y de otros animales a finales del periodo Cretáceo, ya que anteriormente se habían registrado impactos de igual o mayor magnitud y no habían causado tales consecuencias.
"Este meteorito pudo contribuir a la extinción de las especies, pero no fue el único factor que la provocó", sostiene este prestigioso paleontólogo, coordinador del departamento de Biología de la Universidad Estatal de San Diego, en California (Estados Unidos).
Según Archibald, durante el Cretáceo, en la enorme zona del Decán, en la India, tuvieron lugar, a lo largo de más de cuatro millones de años, una serie de erupciones volcánicas que produjeron una densa nube de polvo, rico en iridio (mineral pesado que se encuentra en el interior de la Tierra), que cubrió el sol y extinguió los vegetales, a la vez que provocó un fuerte descenso de la temperatura.
Pero este científico mantiene, además, que en este período el nivel del mar descendió entre 150 y 200 metros, lo que conllevó la desecación de unos treinta millones de kilómetros cuadrados de superficie y la desaparición de hábitats y mares poco profundos.
Estos factores medioambientales, junto al impacto del meteorito en Yucatán, son los que explican, "de la manera más científica posible", según Archibald, la extinción de algunos dinosaurios, ya que no todos desaparecieron.
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