Es menorquín, de color naranja y vivió hace 20 millones de años. Se trata de la nueva especie de cangrejo que se ha localizado en el yacimiento de la Punta Migjorn de la Cala de Sant Esteve, situado dentro del termino municipal de Es Castell. Los fósiles del crustáceo, único en el mundo, se han conservado aquí en muy buenas condiciones debido a las características especiales del yacimiento. Un yacimiento que en breve recibirá la catalogación como Bien de Interés Cultural, BIC, por parte del Ministerio de Cultura.
Aunque no es la primera vez que se encuentran fósiles de cangrejo con esta antigüedad, si que es la primera vez que se localiza una especie que se ha conservado con su caparazón fostatado y su pigmento original. Además el hecho de ser una especie desconocida en todo el globo le da al descubrimiento una significación especial.
El cangrejo se caracterizó por llevar una vida subterránea a través de las galerías que el mismo excavaba. Tenía el volumen aproximado de un puño cerrado y se diferenciaba de los actuales crustáceos en la situación de las patas, que no estaban situadas en los laterales sino en la parte frontal para favorecer la excavación de los túneles. La mayoría de estas galerías también han fosilizado y se pueden encontrar con más facilidad que los del animal que le dio forma.
El yacimiento, comprendido entre la Punta des Migjorn y la Punta de Sa Cigonya, mide unos tres kilómetros de largo y destaca por su fragilidad. La mayoría de fósiles se encuentran situados en una estrecha linea de tan solo tres metros de profundidad. Algo, que juntamente con la erosión del mar, provoca que una gran parte de los fósiles acaben saliendo a la superficie, con el peligro para ellos que esto supone. Y no solo eso sino que al ser estos de fosfato y no de carbonato, los que van a parar al mar son disueltos en un breve periodo de tiempo.
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