Todo comenzó en el año 2005 con un trabajo de investigación encabezado por el doctor Daniel Schavelzon, quien acompañado por la conservadora Patricia Frazzi, el arquitecto Guillermo Páez, y la licenciada Mónica Carminatti, llegó hasta las cercanías del Monumento a la Expedición Colonizadora.
Allí se había establecido a fines del siglo XVIII la Real Compañía Marítima, los colonos que llegaron el 15 de julio de 1884 junto al capitán español Antonio Oneto, para formar una colonia pastoril, que constituyó la primera población permanente de Puerto Deseado.
Cuando arribaron a ese lugar, los arqueólogos encontraron restos de un muro de piedra, lo que les dio indicios de que podría haber otras construcciones bajo tierra.
En el 2006, integrantes del mismo equipo de investigadores, con la participación de seis estudiantes de arqueología de las universidades de Buenos Aires, La Plata y Rosario, junto a dos documentalistas, ampliaron sus observaciones al descubrir otro par de muros que presentaban características de construcción y cronológicas totalmente distintas.
Las dos expediciones recolectaron material cultural que fue lavado, cuantificado, procesado y registrado por medio de fotografía digital, quedando en guarda en el Museo Brozoski.
“El sector que fue liberado durante la primera campaña, tanto por su ubicación como por su simple factura, posiblemente corresponda a restos de un corral, mientras que los otros dos pueden ser, uno parte de la muralla que rodeaba a las instalaciones de la Real Compañía Marítima, y el otro un fragmento de un muro de alguno de los edificios que existían en su interior”, explicaron los estudiosos al semanario El Orden, de Puerto Deseado.
El arquitecto Guillermo Páez sostuvo que el hallazgo merece ser divulgado porque “es una de las construcciones más antiguas dentro de las que están apareciendo en la Patagonia”, al tiempo que “es la única fortaleza o asentamiento español construido en piedra que se hizo en la región patagónica”.
Noticia publicada en El Diario de la República (Argentina)