El chip, según publica Nature y reproduce la agencia alemana DPA, está realizado en silicona y lleva en su cámara de reacción unos 80.000 bastones diminutos a través de los cuales se bombea la sangre.
Los bastones están recubiertos de un anticuerpo que al pasar la sangre, detecta una proteína que está presente en casi todas las células tumorales.
Los científicos que inventaron el chip trabajan con el especialista Sunitah Nagrath de la Escuela Médica de Harvard, en Boston, quien basó el diseño del dispositivo en las características de las células cancerígenas que se liberan en el torrente sanguíneo a partir de los estados iniciales del cáncer.
El proceso de localización de las células es muy complejo: por cada millón de células, sólo una procede de un tumor.
No obstante, de las 116 pruebas a 68 pacientes con metástasis de cáncer de pulmón, próstata, mama, páncreas y colon que se estudiaron, el aparato detectó células cancerígenas en 115 casos.
Los investigadores destacaron que en la sangre de personas sanas, el chip no dio ninguna alarma y afirman que es capaz de demostrar la reducción de células cancerígenas como resultado de un tratamiento.
El dispositivo es una suerte de filtro: mientras fluye la sangre lentamente, sólo se quedan enganchadas en los bastones las escasas células tumorales que haya.
Según los investigadores de Harvard, en un siguiente paso es posible encontrarlas mediante una cámara y además, pueden ser marcadas con un color típico para cada tipo de tumor.
Los científicos informaron que ya han vendido la licencia del aparato a una empresa que lo comercializará.
Jonathan Uhr, de la Universidad de Texas, en Dallas, sostuvo que "los resultados de Nagrath y sus colegas nos acercan a un instrumento completamente automático que detecta células tumorales con sensibilidad exquisita".
Los especialistas esperan que en el futuro, el chip pueda ser usado para la búsqueda rutinaria de células enfermas, algo que ayudará tanto a la detección temprana del cáncer y como a su tratamiento.
Según la Sociedad Estadounidense de Cáncer (cuya sigla en inglés es ACS), a fines de 2007 7,6 millones de personas en todo el mundo habrán fallecido a causa de algún tipo de cáncer, esto es unas 20 mil muertes diarias, en tanto el número de pacientes nuevos ascendió a los 12 millones anuales.
La ACS advierte que la mayoría de los pacientes, 6,7 millones, y de las muertes, 4,7 millones, ocurre en países en vías de desarrollo por la falta de servicios de detección temprana y tratamientos.
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