Hablar, escribir, son probablemente dos de las acciones que más repetimos en nuestra vida. La importancia de ambas para comunicarnos con otras personas ha hecho que Óscar Loureda Lamas profundice continuamente en la estructura textual y en la preservación de la tradición idiomática, lo cual expuso en el curso Lingüística y análisis integral del texto, ofrecido en la División de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras.
El doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua Española en la Universidad de La Coruña, España, compartió con estudiantes y maestros de la UANL sus principales reflexiones.
“Presentamos un trabajo innovador sobre la lingüística del texto, como corriente más importante dentro de la lingüística, este aspecto siempre requiere actualización, renovación, una superación de conflictos terminológicos, conceptos metodológicos, y esa superación es la que quiero presentarles en este curso.”
El español es uno de los idiomas más hablados del mundo. Si se tiene en cuenta el número de primeros hablantes es el cuarto idioma más usado, pero si se consideran los hablantes que lo aprenden como segunda lengua, el español ocupa el segundo lugar. Ante esta certeza Loureda lo estudia en función de sus diversos ámbitos socioculturales.
“La lengua es esencialmente variedad, diversidad, incluso el español no se habla igual en todos los ámbitos del hispanismo, hay diferentes pautas expresivas, diferentes modalidades para expresarse, maneras de plantear los textos, diferentes usos de la lengua. La lingüística textual tiene una faceta que es la etnográfica, distinguir por ámbitos sociales y culturales, cómo se elaboran los textos. Y la lingüística del texto lo que puede hacer es mostrar esas tendencias en la organización expresiva de los hablantes del español.”
Según el doctor Laureda, la idea de idioma durante mucho tiempo se percibía como algo marmóreo, homogéneo, un bloque sobre el cual los hablantes no tenían nada que hacer.
“Es todo lo contrario, la lengua es un instrumento, es un sistema para la libertad de expresión, los hablantes lo utilizan para crear, para expresar. No somos máquinas perfectas de expresión sino que creamos ante necesidades expresivas y es evidente que en un ámbito tan amplio como el que abarca la lengua española esas necesidades son cambiantes y muy diversas.”
Hablantes del español en Argentina, España, México o Cuba podrían no entenderse si en su conversación emplean ciertos localismos específicos de su país, esto lejos de quebrantar el idioma lo enriquece, asegura el doctor Loureda.
“Porque a la vez somos conscientes de que si hablamos con personas de un ámbito de expresión cultural mucho mayor, se intenta acomodar el discurso propio al discurso de los demás. Se produce entonces ese juego de buscar un lugar común, siempre estamos buscando lugares comunes, eso también se ve en la creación de nuevas lenguas, en los puertos, por ejemplo, se crean lenguas francas de comunicación, lenguas nuevas que creamos para una necesidad determinada.”
Sostiene que hay que buscar un equilibrio entre la educación lingüística y las lenguas autóctonas, que tienen todo el derecho de ser respetadas, potenciadas, prestigiadas y salvadas.
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