El ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, alertó ayer sobre la "necesidad" de "reforzar" la seguridad en el país, tras el reciente descubrimiento de grandes reservas de petróleo frente a San Pablo. Pero el ministro sugirió que para esa misión Brasil debe contar "con un submarino de propulsión nuclear", aunque descartó que Brasilia piense en la posibilidad de construir una bomba atómica.
"En el momento en que se tiene una gran riqueza nacional que está ubicada en el área del Atlántico es evidente que debemos estar preparados para protegerla", dijo el ministro. "Esa protección no debe ser sólo para prevenir la invasión de cualquier país sino, inclusive, de acciones que puedan provenir del área del terrorismo", afirmó Jobim, en la apertura de la Cuarta Conferencia del Fuerte de Copacabana, que debate la seguridad entre Europa y Sudamérica.
"No piensen que vamos a proteger (las reservas) exclusivamente con navíos de superficie. Porque ese tipo de transporte puede ser localizado fácilmente hoy a través de instrumentos espaciales", alertó, al justificar su reclamo de un submarino nuclear. El ministro enfatizó que el descubrimiento de la estatal Petrobras, la semana pasada, por el cual Brasil podrá abastecerse y exportar petróleo en los próximos años, profundiza la necesidad de completar en el país el ciclo de enriquecimiento de uranio para la producción de propulsores. Fue en ese momento cuando el funcionario "descartó" el uso de la energía nuclear para la fabricación de bombas. "Eso es una bobada (sic). Es sólo para tener la posibilidad de contar con propulsión nuclear para la Marina y para la energía eléctrica", aclaró.
Con todo, la posición de Jobim contrastó con las declaraciones del secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa de Brasil, el general José Benedito de Barros Moreira, quien en una entrevista con TV declaró ayer: "Brasil debe tener, en el futuro, la posibilidad de desarrollar una bomba nuclear".
El funcionario de Defensa admitió que Brasil podrá en el futuro "desconocer el Tratado de No Proliferación Nuclear" que se firmó ya durante la democracia. Como la Argentina, Brasil ya posee tecnología para enriquecer uranio, a través de centrifugadoras. Solo que de ahí a la producción de un artefacto atómico hay una distancia. Es la que el general Barros Moreira se propone saltar: "Ninguna nación puede sentirse segura si no desarrolla la tecnología que la capacite para defenderse en caso necesario".
Barros Moreira es el funcionario encargado de dimensionar el reequipamiento que se precisa Brasil para garantizar la defensa de sus riquezas. "Por nuestra riqueza, Brasil se tornó un blanco. El mundo carece de agua, de energía, de alimentos y de minerales. Por eso tenemos que colocar un candado fuerte que atranque nuestras puertas", concluyó.
Noticia publicada en Clarín (Argentina)