Los jóvenes que se inician antes en el consumo del tabaco y cannabis suelen presentar mayores problemas para regular su estado emocional que el resto, según un estudio realizado por el Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
El estudio, realizado a 133 estudiantes de Psicología de la UAB con una edad media de 21,5 años, destaca que los estudiantes menos capaces de regular su estado emocional son los que tienen, por un lado, mayor tentación de iniciarse en el consumo de tabaco y cannabis y, por otro, que el consumo regular les ayuda en cierta medida a paliar este déficit emocional.
Al parecer, son los jóvenes que comprenden y tienen claro las emociones que experimentan y el porqué de las mismas los que presentarían un menor consumo de cannabis, relacionando una mayor comprensión emocional con un menor consumo de esta substancia.
El estudio, publicado en la web de la UAB, indica que sí existe relación entre algunos componentes de la inteligencia emocional y el consumo de tabaco o cannabis -como la regulación o comprensión emocionales-, mientras que otros -como el reconocimiento emocional de un estado anímico propio- no estarían directamente relacionados.
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y regular las emociones propias y las de los demás, discriminar entre ellas y utilizar esta información como guía de los pensamientos y acciones propios.
El comunicado de la UAB recuerda que poseer una mayor inteligencia emocional puede ayudar en las relaciones del individuo con los demás, para hacer frente a un entorno social y cultural cada vez más cambiante.
El estudio concluye que "las competencias personales son un elemento clave en la adaptación a las demandas del medio", y que, por tanto, reforzar la inteligencia emocional de los jóvenes podría ser una elemento protector contra el consumo de drogas en la adolescencia y la juventud.
Noticia publicada en ABC (España)