Presentado en el marco de la Reunión Americana del Corazón (AHA), que se celebra estos días en Orlando (EEUU), el nuevo producto de la compañía Eli Lilly, un fármaco antitrombótico útil en los pacientes con enfermedad coronaria, se muestra más eficaz en la prevención de ataques al corazón que su competidor, Plavix. Sin embargo, el gran pero es que conlleva un mayor riesgo de hemorragias.
En los últimos años, la generalización de las enfermedades cardiovasculares ha dado lugar al desarrollo de múltiples terapias para frenar o curar estos trastornos como las angiografías o la implantación de stents. En estos casos se suelen emplear fármacos antitrombóticos que actúan sobre las plaquetas impidiendo su unión y la formación de trombos. Estos medicamentos reducen el riesgo de ictus o de infartos de miocardio pero su acción conlleva también un mayor riesgo de sangrados.
Los acontecimientos de los últimos meses, la suspensión que Lilly había hecho de dos pequeños estudios que evaluaban su producto, prasugrel, sin ofrecer mucha información al respecto había dado lugar a numerosos rumores. Sin embargo, los datos que ofrece el trabajo presentado ahora y publicado en la revista "The New England Journal of Medicine" parecen acallar la mayoría de esas voces, aunque no todas.
Según los resultados del ensayo, realizado con 13.000 pacientes con enfermedad cardiaca y que habían recibido una angioplastia, el riesgo de sufrir un nuevo trastorno, como infarto de miocardio, ictus o muerte, fue un 19% menor con prasugrel que con Plavix (nombre comercial de clopidrogel).
Mayor riesgo de hemorragiaPero el fármaco de Lilly también llevó implícitos algunos efectos adversos importantes como una probabilidad de tener una hemorragia un 32% mayor que su competidor. Cuando estos episodios condujeron a la muerte del paciente, el riesgo fue cuatro veces superior en prasugrel frente a clopidrogel. No obstante, esa tendencia era muy baja (0,4% vs 0,1%).
Sin embargo, para algunos especialistas y para la farmacéutica los beneficios superan a los riesgos. "Creemos que el beneficio neto para el paciente inclina mucho la balanza [hacia prasugrel]", ha declarado al diario The Wall Street Journal, J. Anthony Ware, vicepresidente y director del programa cardiovascular de Lilly.
Ante estos resultados, la compañía se muestra esperanzada de que su producto sea aprobado por la agencia estadounidense del medicamento (FDA) lo más pronto posible. Y es que a Lilly le interesa que su fármaco esté lo antes posible en el mercado, antes de que expire la patente de su competidor.
Algunos analistas creen que este requisito, el visto bueno de la FDA quizás para el próximo año, es importante porque a partir de 2011, el fin de la patente de Plavix abre la puerta a medicamentos genéricos muchos más baratos y que pueden ser una gran competencia al nuevo producto de Lilly.
Sin embargo, algunos expertos apuntan que la FDA probablemente solicite un estudio adicional antes de dar su visto bueno para que se evalúe los efectos relacionados con las hemorragias. "No se puede aprobar sin otro ensayo clínico", ha declarado Mike Krensavage, un analista del Raymond James Financial, preocupado por el dato de mayor riesgo de sangrado.
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