Como otras regiones del país, la península de Baja California padece una constante escasez de agua dulce; sin embargo, podría convertirse en un auténtico vergel si se aprovecharan sus numerosas fuentes de energías renovables para desalinizar agua marina y salobre.
De ahí que investigadores de varios institutos y centros de la UNAM hayan concebido un proyecto para la generación de electricidad y la desalinización de agua de mar en esa zona, que no contempla la quema de combustibles fósiles ni la emisión de gases a la atmósfera.
“El fin es desarrollar tecnologías que se sostengan por el mismo efecto de la naturaleza”, señala Gerardo Hiriart Le Bert, coordinador técnico del proyecto IMPULSA IV: Desalación con Energías Renovables, que encabeza Sergio Alcocer Martínez de Castro, director del Instituto de Ingeniería.
Entre las energías que se podrían aprovechar están las hidrotérmicas, la solar y la eólica.
De ósmosis inversa
“En México abundan las fuentes térmicas renovables, por lo que nuestro país ocupa el tercer lugar en geotermia a nivel mundial —informa Hiriart Le Bert—. Además, contamos con experiencia en el estudio de los fenómenos térmicos en la corteza terrestre y con especialistas en la materia.”
Recientemente, una expedición dirigida por investigadores del Instituto de Geofísica detectó, a unos metros de la costa de la península de Baja California, en sitios como La Bufadora, Punta Banda, Bahía Concepción y Puertecitos, entre otros, la posibilidad de obtener agua marina a 100 grados centígrados (°C), es decir, a poca profundidad.
Otros manantiales se encuentran tierra adentro, a pocos metros de la playa y a unos tres metros de profundidad, en Los Cabos, Santispac, Centavito, Maneadero...
Esa agua de mar caliente se puede usar para generar electricidad y, si su temperatura es menor a 100°C, como fuente directa de calor para realizar una desalinización térmica. “Con una pequeña planta geotermoeléctrica de ciclo binario y 120 toneladas por hora de agua caliente de pozo se podría generar 1 megawatt. Con esta energía, una desaladora de ósmosis inversa sería capaz de producir hasta 5 mil metros cúbicos de agua dulce al día. La ventaja con ella es que la desalinización sería continua, ya que funcionaría independientemente de las condiciones climáticas y la hora del día, durante todo el año”, afirma el investigador.
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