Valero, que coordinó hoy un encuentro sobre Supercomputación en la sede de la Real Academia de Ingeniería, de la que es miembro, ha señalado que confían en que el "Marenostrum", el superordenador más potente de Europa y el noveno del mundo, forme parte dentro de unos dos años y medio de la "nueva era de los Petaflops" al multiplicar su potencia.
El aumento del número de procesadores y la capacidad de cálculo de estos equipos está propiciando el paso de la "era de los Teraflops" -que equivalen a un billón de operaciones por segundo- a la "era de los Petaflops" -mil billones de operaciones por segundo-
y que "es posible que a finales de este año se obtenga alguna máquina con esta potencia".
La presidenta de IBM en España, Portugal, Grecia, Israel y Turquía, Amparo Moraleda, anunció durante su intervención en el encuentro que su compañía ya está trabajando en proyectos como el BlueGene/P, que "hará que el "petaflop" (1.000 billones de operaciones por segundo") sea una realidad en un futuro muy, muy próximo".
Valero, que dirige además la Red Española de Supercomputación, integrada, entre otros centros, por el BSC-CNS, la Universidad Politécnica de Madrid y el Instituto de Astrofísica de Canarias, consideró, en declaraciones a Efe, la simulación computacional como "una de las tres patas de la Ciencia", junto con las Matemáticas y la experimentación.
En su opinión, sin los superordenadores no se habrían producido avances como los experimentados en los últimos años en áreas como la Biomedicina, la Astronomía, la Ingeniería, la Física o las Ciencias Medioambientales.
El "Marenostrum" ha dado soporte a unos 200 proyectos científicos, que, dijo, propician el desarrollo de herramientas destinadas al diseño de nuevos fármacos, y a la comprensión de aspectos como la evolución del universo.
Valero señaló, asimismo, que el superordenador ha actuado como un "elemento de atracción de cerebros" hacia España y ha mejorado el posicionamiento de este país en Europa, donde es por tercer año consecutivo el supercomputador más potente.
Entre los nuevos retos que deberá afrontar la Supercomputación en los próximos años, Valero mencionó el aumento del gasto en electricidad que conlleva el mantenimiento de máquinas cada vez más potentes, aunque negó que el incremento del número de procesadores pueda generar problemas.
Aunque las posibilidades de que se produzcan fallos se multiplican cuando el número de procesadores aumenta, esto "no tiene por qué ocurrir si se programa bien", afirmó.
Noticia publicada en Terra (España)