Desde hace seis meses y cada dos días, los expertos del INAH inyectaron esta sustancia hecha a base de savia de nopal para compactar y endurecer la estructura interna de los muros, explicó Gonzalo Fructuoso Hernández, restaurador especializado.
"La solución está funcionando bien porque forma una especie de retícula como tela de araña que encapsula todas las partículas de arena suelta," dijo el especialista.
Este proyecto de restauración se lleva a cabo desde mayo en el Ex Convento de Churubusco, un edificio que fue escenario de la Batalla de Churubusco entre tropas mexicanas e invasoras de Estados Unidos, en 1847.
La restauradora Adriana Ramírez dijo que los expertos van a trabajar en el nicho suroeste del convento que está en mal estado a causa del vandalismo, la suciedad y los grafittis.
Noticia publicada en Terra (España)