Un equipo de investigación de la universidad norteamericana de Princeton ha desarrollado un método sencillo para producir un material semiconductor que puede doblar la luz en el sentido opuesto al que de forma natural ocurre en otros materiales.
Los semiconductores (el componente principal de los microchips, por ejemplo) que constituyen este nuevo metamaterial están hechos a partir de cristales, y sus creadores han usando técnicas de fabricación comunes, haciendo que su producción sea menos compleja y más barata. Se trata, pues, del primer metamaterial construido enteramente con semiconductores.
Según sus creadores, un metamaterial con esta propiedad podría contribuir a avances importantes en múltiples áreas, como las comunicaciones a alta velocidad, el diagnóstico médico o la detección de amenazas terroristas.
Esta nueva sustancia pertenece a una clase relativamente nueva de materiales llamados metamateriales. Los metamateriales son materiales artificiales electromagnéticos con propiedades superiores a las que se pueden encontrar en la naturaleza.
Los metamateriales obtienen sus propiedades de su estructura y no de su composición. Es decir, son compuestos ordenados cuyas propiedades físicas son distintas a la de los compuestos que lo constituyen. Este término se utiliza, sobre todo, cuando el material obtenido de esta manera tiene propiedades que no se encuentran en materiales formados de forma natural.
Los ingenieros de la Universidad de Princeton han conseguido por vez primera que uno de estos metamateriales manipule la luz de forma que no pueden conseguirse con materiales corrientes. “Para que sean de utilidad en varios dispositivos, los metamateriales tienen que ser tridimensionales”, explica la profesora Claire Gmachl, una de las investigadoras, en un comunicado de la propia universidad. “Este nuevo metamaterial se compone de semiconductores, que son extremadamente funcionales. Esta es la clase de cosas con la que se fabrican las verdaderas aplicaciones.”
El equipo de investigación ha sido dirigido por Anthony Hoffman, que ha sido ayudado por ingenieros de la Oregon State University y la empresa de telecomunicaciones Alcatel-Lucent. Sus hallazgos han sido publicados por Nature Materials.
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