Nunca se había estado tan cerca de lograr una vacuna contra la malaria. Una investigación realizada en Mozambique y dirigida por especialistas del Hospital Clínic de Barcelona muestra nuevos progresos en una fase clave en el desarrollo de la inmunización experimental más avanzada. En niños menores de un año la vacuna es segura.
"Es la primera prueba de concepto en este grupo de población", dijo el investigador español Pedro Alonso, del Hospital Clínic de Barcelona y director del estudio, en una rueda de prensa telefónica celebrada el pasado martes desde Seattle (EEUU). El estudio se publica el miércoles en la edición "on-line" de "The Lancet".
Después de varios trabajos previos positivos, el nuevo ensayo muestra que el fármaco identificado por las siglas RTS,S/AS02D no produce efectos secundarios relevantes en un grupo especialmente vulnerable a la enfermedad. La malaria causa un millón de muertes al año, la mayoría en niños menores de cuatro años y mujeres embarazadas.
La compleja empresa que persigue el desarrollo de una vacuna avanza hacia la última fase de la investigación, su evaluación a gran escala en 6.000 niños, prevista para la segunda mitad de 2008. Sería una de las mayores investigaciones realizadas nunca en África. Si prospera, la primera inmunización para el paludismo podría estar en el mercado a principios de la próxima década.
Herramienta de salud pública El registro se haría para bebés y niños. El propósito es proteger a los grupos más vulnerables, incluir la inmunización en el calendario de vacunación de las regiones donde la malaria es endémica y administrarla junto con otras herramientas de prevención, como las mosquiteras rociadas de insecticida.
"La vacuna tiene un perfil de seguridad muy prometedor", explica Pedro Alonso. "También produce una respuesta robusta del sistema inmune", añade.
La eficacia del fármaco se tiene aún que confirmar. El nuevo trabajo se diseñó principalmente para evaluar la seguridad de la inmunización. Los investigadores involucraron a 214 niños recién nacidos de dos regiones situadas al norte de la capital de Mozambique, Maputo. Es un área rural pobre, situada a unos 40 kilómetros al norte del Centro de Investigación y Salud de Manhiça, desde donde se lideran los ensayos con el RTS,S/AS02D.
El diseño del estudio siguió unas pautas similares a las que tendría la administración rutinaria de la vacuna, desarrollada por GlaxoSmithkline, en un entorno donde la malaria es endémica y los recursos sanitarios son muy escasos. En el grupo de población analizado a menudo los síntomas del paludismo se confunden con otras enfermedades y cuando se acude a un hospital es demasiado tarde. "Es un grupo muy útil para evaluar la vacuna", dice Alonso.
Noticia completa en El Mundo (España)