Para quienes se rascan la piel de manera crónica porque sufren un tipo de trastorno obsesivo compulsivo lo suficientemente grave como para causarse daño, los resultados de un nuevo estudio pequeño sugieren que el fármaco anticonvulsivo lamotrigina ayudaría a controlar el problema y mejoraría la interacción social de esos pacientes.
En Journal of Clinical Psychiatry, el equipo dirigido por el doctor Jon E. Grant explicó que hasta cierto punto rascarse es frecuente y normal.
Sin embargo, el investigador advirtió que "existe patología relacionada con la duración y la gravedad de la conducta, como así también a las causas del rascado, las emociones ligadas y los problemas que provoca".
Los autores de la University of Minnesota, en Minneapolis, afirmaron que existen pocos estudios sobre este tema.
El equipo analizó el uso de lamotrigina porque investigaciones previas demostraron que ese tipo de fármacos alivia otros trastornos obsesivos compulsivos. Además, porque la lamotrigina daría buen resultado con las conductas adictivas reiteradas.
En el nuevo estudio, el equipo le administró lamotrigina a 24 pacientes durante 12 semanas. La dosis fue de entre 25 y 300 miligramos diarios, según la tolerancia.
Los 20 participantes que finalizaron el estudio pasaron de dedicar 118,1 minutos diarios a rascarse a 59,9 minutos. De ellos, 16 personas mejoraron bastante o mucho, según pruebas estándares en cada consulta. Al final del estudio, siete habían dejado de rascarse.
Otras pruebas mostraron la reducción de la sensación de urgencia y una mejora en el comportamiento, el estrés y el rendimiento diario.
El equipo observó que los participantes que se rascaban la piel "automáticamente" tendían a tener síntomas más leves, lo que sugiere que la terapia conductual sería suficiente para los síntomas. Aquellos con urgencia grave de rascarse serían los que más se podrían beneficiar de la terapia con lamotrigina.
Noticia publicada en Buena Salud (EEUU)