Tierra intriga a los científicos - El radiotelescopio Parkes (Australia) había la descartado porque la interpretó como una interferencia terrestre .
Los científicos se afanan desde hace años en la búsqueda de vida extraterrestre por varias vías. En la más importante, «Seti@home», miles de expertos y aficionados analizan las señales de radio que captan telescopios repartidos por el mundo, como el que tiene la NASA en Arecibo (Puerto Rico), el mayor de todos.
Ahora, un grupo de astrónomos ha captado, desde el radiotelescopio australiano de Parkes, otro de los «grandes», una señal del espacio profundo que les mantiene intrigados por su inusual intensidad, «que desafía toda explicación». En realidad, la emisión se registró hace seis años, pero fue descartada sistemáticamente porque se pensó que, por potencia, se trataba de una interferencia proveniente de la Tierra o producida por un satélite artificial.
Sin embargo, un estudiante de la Universidad de Virginia (EE UU) que estaba repasando las señales del Parkes almacenadas «on-line» por «Seti@Home» se percató de que la señal era auténtica. Se trata de una breve -apenas cinco milésimas de segundo- pero intensa señal de radio de una potencia equivalente a la que emitiría una central nuclear durante miles de millones de años.
Proviene de una región del espacio situada a 1.500 millones de años luz, de manera que, cualquiera que sea su fuente, existió hace 1.500 millones de años. En esa época -Proterozoico- la Tierra era un inhóspito planeta volcánico en el que ni había plantas, sólo primitivas bacterias marinas.
«Teóricamente, el número de acontecimientos cósmicos que observamos a esas distancias se revelan muy débiles», declara Matthew Bailes, de la Universidad Swinburne de Melbourne (Australia), «pero éste era tan intenso que saturó nuestros aparatos completamente».
La posibilidad de que proceda de una civilización extraterrestre es remota, no sólo porque se produjo hace tanto tiempo, sino porque sería repetitiva. «La búsqueda de señales inteligentes se basa en la suposición de que una supuesta civilización busca un planeta rocoso y con agua como el nuestro, lo localiza y le envía algún tipo de señal persistente», explica Emilio González, responsable de Astroseti.org, la web española de Seti@home. «El hecho de que la señal sea tan breve se debe a que es un registro fortuito, en el que el telescopio no se dirige a un punto concreto».
Duncan Lorimer, de la Universidad de Virginia Occidental, cree que la señal podría ser el resultado de la colisión de dos estrellas de neutrones supermasivas, o quizá el último suspiro de un enorme agujero negro antes de su completa evaporación.
Los astrónomos esperan ahora descubrir más señales como ésta. John Reynolds, director del observatorio Parkes, señala que en el futuro será posible abarcar una región mucho mayor del firmamento gracias al Australian SKA Pathfinder, un conjunto de 45 radiotelescopios actualmente en construcción y que estará terminado en 2012.
Los astrónomos comparan el hallazgo con el descubrimiento casual de los primeros estallidos de rayos gamma en los años 70 por satélites militares, que fueron identificados posteriormente como el rastro de las explosiones de supernovas gigantescas que luego foman agujeros negros.
Noticia publicada en Rafaela (Argentina)